Acompañados por el ensamble de cuerdas de la Orquesta Filarmónica de Río Negro, Fernando Cabrera y Nano Stern protagonizaron este viernes 26 de mayo uno de los conciertos más movilizantes de los muchos de su clase que el FIMBA lleva acreditados a lo largo de sus cuatro ediciones, con un repertorio exquisito que el cantautor uruguayo y su par chileno ofrecieron en dos sendas presentaciones despedidas con ovaciones interminables.
Un encuentro de magia y hechizos
Es cierto que el encuentro de Fernando Cabrera con su par chileno Nano Stern sobre el escenario del Teatro La Baita, con el acompañamiento del ensamble de cuerdas de la Orquesta Filarmónica de Río Negro, ya en la previa prometía un momento único. Pero lo que no estaba previsto era que el cantante y compositor uruguayo y su par chileno convirtieran sus conciertos en algo así como sesiones de magia y hechizos poéticos.
Desde el preciso instante en el que Nano Stern lanzó los primeros versos de “Mil vueltas”, mientras su guitarra marcaba el rumbo sobre un camino allanado por las cuerdas del ensamble, la atmósfera en la sala se transformó en un espacio distinto, y ya no hubo vuelta atrás.
El llamado a crearnos un mundo mejor de “Inventemos un país” fue la antesala de “Manifiesto”, la última canción grabada por Víctor Jara, a quien Stern tributa en su flamante álbum “Nano Stern canta Víctor Jara”.
Enseguida, la voz del artista y el público se hicieron una en una coda con aires de invocación que se perpetuó en esa bella declaración de principios que es Aún creo en la belleza, una vez más respaldado Stern por los arreglos impecables que Guillo Espel inventó para las cuerdas de la Filarmónica rionegrina, esta vez con una notable participación de Martín Pike como violín solista.
La aparición en escena de Fernando Cabrera para sumarse al cantautor transandino en “Una canción para contar” abrió un nuevo frente de encantamiento, que el uruguayo condujo con sabiduría a través de tres gemas de su Pusina creativa: “El abrazo dentro de ti” y la extraordinaria “Viveza”.
El ritual siguió con “Imposibles”, y por un segundo alguien pensó que, salvando las distancias, Lou Reed podría haber sido descripto como un Cabrera neoyorquino, mientras el artista completaba su tarea agragando “Te abracé en la noche”, “Méritos y merecimientos” y “Tobogán” a su pócima.
Preludio de un final a toda orquesta junto a Stern, primero con un “medley” en plan de vidala, que unió “Subo”, de Rolando Valladares con el tradicional “Bello jilguero”, para completar juntos la faena con la repetición (fuera de programa) de “Una canción para contar”, abrazados por una ovación interminable.
Festival Internacional de la Música de Barilche es organizado por el Gobierno de Río Negro, que cuenta con el apoyo de la Municipalidad de la Ciudad de Bariloche, Horizonte Seguros, Lotería de Río Negro y la Fundación Technes.
Prensa FIMBA
Fotografias HOYBARILOCHE PabloCandamilPH