La compañía Rezuma Teatro adoptó como espacio de creación la virtualidad y presenta por primera vez una obra coproducida y gestada entre Argentina y Ecuador durante los años 2022 y 2023. Será el próximo viernes 5 y sábado 6 de mayo a las 21hs en Moma Multiespacio -Traful 210- con entrada a la gorra.
La creación parte de dos monólogos escritos por Esther Cevallos y Mateo Fernández. En conjunto con Tamiana Naranjo se trabajó para entrelazar los universos e historias de ambos escritos y construir una nueva obra. Los Solos Bailan a Dúo tiene como columna vertebral temática a la soledad, abordada desde puntos de vista diversos.
Dentro de la mixtura de lenguajes escénicos, la danza participa articulando situaciones y transmitiendo aquello que los personajes sienten y atraviesan en un plano interno. El teatro del absurdo se manifiesta en diálogos o situaciones que parecieran no tener un destino preciso. Esta obra más que poner el foco en una linealidad narrativa busca acompañar al
espectador en la construcción de cada mundo, imagen o situación que estos personajes atraviesan generando un eco de resonancia a través de la gestualidad, corporalidad y elementos plásticos en escena.
SINOPSIS
Dos empleados de una oficina de correos en desuso, pasan sus días en una soledad
compartida. En la eterna quietud del no hacer nada y del sinsentido de un espacio que no
los necesita, encuentran su propio rumbo bailando, inventando, jugando y preguntándose
por la razón de estar solos o de estar en compañía. ¿Una danza puede acercar los pies de
quienes nunca podrán comprenderse?
Mateo Fernández es actor, director y dramaturgo de Los Solos Bailan a Dúo, en diálogo con HOY Bariloche habló sobre el proceso creativo que durante varios meses de encuentros virtuales resultó en la creación de un universo propio donde habitan los personajes, con escenas de danza y teatro físico.
¿Cómo fue el desarrollo creativo en contexto de virtualidad?
Y el proceso creativo fue muy interesante porque la idea inicial fue trabajar dos monólogos, ella un texto que ya tenía de una obra y yo un texto que estaba escribiendo en ese momento, y que cada uno pueda construir su personaje, su teatralidad, y la otra persona del otro lado de la pantalla virtual poder dirigir y de alguna manera co-dirigirnos en ese proceso.
¿Cómo fue la dinámica de trabajo?
Fueron varios meses de encuentros semanales a la distancia, el trabajo fue creciendo. Comenzamos a darle un poco más de relación a estos monólogos hasta el punto de empezar a crear un mundo propio en el que estos personajes habitaban, un mismo universo, de esa manera también el desafío fue tener un monólogo fijo que es de la autora Esther Ceballos y la posibilidad de ser yo dramaturgo de mi monólogo, escribir y sobrescribir. Poder adaptar el texto que había hecho a este universo que se iba dando.
¿Cuánto duró este proceso y qué condimentó le dio la virtualidad al resultado final?
En cuatro o cinco meses de trabajo virtual la construcción fue mucho de imagen, de escena, imaginarse los cuerpos en escena y hablar sobre eso. Trabajo de mucha imaginación y muy productivo porque lo interesante fue cómo nos entendíamos perfectamente justamente, aun no estando físicamente. Y bueno, finalmente viajé a Ecuador, estuve tres semanas allí, a principio de año, terminamos de montar gran parte de la obra físicamente y luego cuando Tamiana Naranjo llegó a Bariloche, hace tres semanas casi un mes, terminamos de montar, tuvimos ensayos intensivos y este viernes 5 estrenamos.
Con respecto a lo creativo, también hubo algo muy interesante. Tuvo que ver con el vínculo entre la danza y el teatro. También es coreógrafa, yo realicé muchos tipos de danza a lo largo de mi carrera y mi trayectoria como actor. Nos pareció un lenguaje muy rico en el cual podíamos también sumergirnos. De alguna manera toda esta obra tiene gran parte de un lenguaje de teatro físico, de escenas que son puramente danza y nos pareció muy interesante por un lado porque, esta obra no tiene una narrativa lineal, sino que de alguna manera por cómo fue construida va de a fragmentos y trabajamos las imágenes. Logramos trabajar imágenes y secuencias de lo corporal, lo musical también, tuvimos la ayuda de Marcos Raviolo, nos sirvió muchísimo para poder contar esta historia y entrar en este mundo, que la danza habilita, que tiene que ver quizás con lo poético, con lo metafórico, con lo sutil, con cierto registro también de cómo transmitir aquello que viven los personajes en un aspecto más, quizás, emocional, utilizar la danza como lenguaje.
¿De qué habla la obra?
Bueno, esta obra habla principalmente de la soledad, es como el tema rector, eso también fue algo que encontramos entre los dos monólogos, y a partir de ahí fuimos abriendo varias aristas y variantes sobre el tema, sobre preguntas también que nos iban surgiendo en relación a eso.
ESCUCHÁ ACÁ
INTERPRETACIÓN Y DIRECCIÓN
Tamiana Naranjo y Mateo Fernández
DRAMATURGIA
Mateo Fernández y Esther Cevallos
COREOGRAFÍAS
Tamiana Naranjo
MÚSICA Y SONIDO
Marcos Raviolo
DISEÑO DE LUCES
Sebastián Carcamo
ESCENOGRAFÍA Y VESTUARIO
Rezuma Teatro
DISEÑO GRÁFICO
Máximo Blas Calabrese
FOTOGRAFÍA Y VIDEO
Edgar Naranjo y Carlos Fernández