En diálogo con HOY Bariloche la bailarina, profesora de tango, Andrea Uchitel habló sobre su libro Bailar tango, mecánica del abrazo y la revitalización de la filosofía de las milongas, dijo que además de bailar tango hace mucho tiempo practica Contact improvisación y danzas sociales que promueven el encuentro colectivo y en particular de dúos.
¿El abrazo es “el método” para el encuentro en el tango?
El tango tiene el abrazo como manera de encuentro, un abrazo real. Cuando empieza a hacer una pose, seguramente pierde calidades. Esa fue siempre mi búsqueda, cómo hacer del tango un lugar para descubrir el encuentro.
¿Qué de tu práctica como docente te llevó a escribir el libro?
La escritura, fue siempre una necesidad, escribir para no olvidar. Me di cuenta que registrar lo que aplicaba en mis clases enseñando, debía escribirlo. Pensaba, estoy empezando a enseñar usando palabras un poquito diferentes a las que aprendí y funciona, me entienden, pasa al cuerpo, esta manera de nombrar pasa al cuerpo, sensibiliza. Ah, mirá! esta herramienta que yo aprendí en el contact e improvisación o en sensopercepción, cuando la nombro en el tango funciona. Cuando digo funciona, digo sensibiliza, pasa al cuerpo, logra un mejor encuentro entre quienes deciden implicarse en el bailar.
“Anotar, escribir, para poder recordar me ayuda un montón a seguir pensando. Y de algún modo organizar esa información para ir construyendo un bagaje, y saber que se puede transmitir, y que tiene cierta lógica interna”
¿Cómo organizaste esta información?
Creo que lo aprendí durante mi carrera científica, porque hice estudios de biología y un doctorado en biología. Siento que en el proceso de escribir el doctorado no solamente aprendí sobre el tema en particular, que era “interacciones y direccionamiento de procesos en ecosistemas”, también aprendí a cómo organizar la información, a cómo destilar lo que es un resultado de lo que es una propuesta, cómo generar experimentos y ese tipo de cosas se ven en la escritura, que aunque es una escritura muy coloquial, muy llana, muy simple, accesible, está clara, ordenada, va paso a paso, bastante progresiva. No todo al mismo tiempo, como en el bailar no sucede todo al mismo tiempo. Entonces, realmente ir puliendo los estados, eligiendo un orden de contenido y relaborando esas primeras escrituras y notas en algo más complejo, como es el libro.
¿Qué encontramos en el libro?
Es como un manual que va pasando por distintos conceptos o preconceptos, revisando qué nos hace pensar una idea sobre tango y abriéndola, acompaña cada partecita con ejercicios de observación, una lista de bailarines que podes buscar en YouTube, podés ver distintas cosas y estudiar de lo que ves, comparar estilos, no dejar ningún estilo de tango afuera, empezar a tener esa plasticidad y ejercicios de práctica. Yo les digo “ejercicios de afinación” que se acercan más a ponerse en juego, tener experiencias en primera persona, donde vos misma podés notar qué pasa si hago así, cómo eso cambia tu gestualidad o cómo eso cambia la vincularidad y ver si en esos ejercicios de “afinación con música” te permiten bailar sin perdér ese espíritu de investigadora sensible metida ahí en la cosa.
Loli Oviedo, anfitriona del evento se sumó a la charla: Qué te motivo para convocar a este enuentro?
A mí lo que me atrajo de esta propuesta que encaramos juntas, fue justamente traer otra visión del tango a la ciudad. En estos años en Bariloche fui aprendiendo de a poco cómo es la comunidad tanguera y siempre con una idea en mí, de investigar en el tango. La realidad es que suele suceder, cuando vienen docentes de Buenos Aires o bailarines, suelen estar como estereotipados, o sea, se sigue mostrando lo mismo y nos queda pendiente la investigación. Creo en la posibilidad que tenemos para empezar a crear un poco más y salir de un modelo ya establecido, rígido tal vez.
¿Cómo fue la primera jornada?
Bueno, fue muy interesante, vinieron también muchos alumnos que ya conozco y es hermoso para mí ver cómo van trabajando tal vez cosas que yo propongo, pero desde otro lugar y cómo desde otra mirada se permiten descubrir y redescubrir cómo me fui redescubriendo yo a lo largo de mi carrera y a partir del libro también.
Andrea Uchitel explicó la práctica: En particular lo que trabajamos tuvo que ver con las ideas de “llevar y seguir” y qué significa bailar en dúo, sincronizar el unísono y que las dos tareas, tanto la persona que lleva o conduce hacia una dirección y quien “va junto con”, no es seguir atrás, que no es estar esperando, no es estar en un letargo, sino que es estar muy despierta, en la manera de completar, en la contrapropuesta o en la afirmación.
Estuvimos trabajando mucho en no ignorar los reflejos de miedo que nos producen distintas situaciones en el bailar, aprender a escucharlos, qué significan, y poder darles un volver hacia la calma para seguir bailando y no acumulando tensiones. Siempre desde este lugar de la escucha recíproca y donde lo que le pasa al otro nos está pasando juntos y tomar eso como información que construye el devenir bailando, “aunque sea más desafinada y después vuelve a afinarse”, ¿no? (entre risas) Y darnos cuenta que ese mecanismo de un “juntos” por momentos más desafinado, temblequeo, con duda, y un juntos que promueve la calma, es parte de una pieza bailada.
¿Qué paralelismo puede existir entre el arte de encontrar el abrazo en el tango, con la vida misma?
Loli: Para mí todo. Cuando empecé a leer el libro le decía a Andrea, pasaba que no podía correrme del hecho de que era la vida misma, justamente en esto de “juntos”, en la relación de pareja, de pareja con un compañere, con un colega, es la relación del junto, las relaciones, y cómo se van afinando, desafinando y un poco todo eso. Y todo es parte, no? Todo es lo mismo.
¿Cuál es la propuesta para la segunda jornada?
Andrea: La propuesta se llama “Nos Bailaabrazamos”, lo que vamos a investigar es justamente que… no es, me abrazo entonces me muevo. Como si dos cosas diferentes. Sino que cada movimiento renueva el abrazo. Como un lugar vivo, como un lugar de vínculo en actualización. Eso va a ser lo que vamos a trabajar específicamente, que no hay una única forma de abrazo, sino la que vamos pudiendo poner ahí. Lo que nos aúna es la música, una cadencia particular. Si hubiera alguien moviéndose como si fuera música de salsa, bueno, por ahí la podemos incluir igual, pero hay algo ahí que pronto se suaviza y se incluye en la construcción colectiva. Entonces tal vez el mar de abrazos, la pista de abrazos, la milonga como una posibilidad de… como un espacio de abrazos. …de juntos, juntas y juntes.
“El tango como una gran excusa de encuentro, de las que artística y culturalmente para mí son más conmovedoras. Entonces, que toda esa emoción que contiene esta música y que toda esa emoción que contiene la posibilidad de hacer algo colectivo se traduzca en la forma de contactos, en la marea de la pista, todo eso.” Andrea Uchitel